lunes, 12 de septiembre de 2011

Crónica del viaje a Bélgica y Holanda (agosto 2011) - Día 2

Sábado, 6 de agosto (“Cerveza, patatas fritas y bragas con perlas”, narrado por The Queen)

Primera mañana en Bélgica, con lo que ello implica, hemos pasado nuestra primera noche en el hotel Villa Royale de Bruselas (opinión general: recepcionista simpático, habitación bien) y hemos tomado nuestro primer desayuno en el buffet del hotel (opinión general: poco variado pero correcto).

Después del refrigerio en el hotel, partimos hacia la Gard du Nord (estación del norte de Bruselas). El paseo desde el hotel no es largo pero sí un poco particular, ya que al pasar por un barrio que no destacaba por la elegancia de sus calles y edificios, nos mostraba unos escaparates algo “diferentes” a los que habíamos visto hasta ese día. En ellos se encontraban unas señoritas (algunas eran más señoras) mostrando sus encantos a los viandantes, no con mucho glamour, he de decir.

9:30 aprox. Llegamos a la estación para partir con destino a Brujas. Compramos los billetes, cogemos el tren de las 9:55 y aproximadamente una hora y cuarto más tarde llegamos a nuestro destino.

En cuanto nos adentramos, a pie y no en bicicleta, por las calles de esta ciudad nos invadió una sensación como de haber viajado atrás en el tiempo. Calles adoquinadas, casas preciosas y originales que se conservan en perfecto estado, de hecho en ellas viven los habitantes de Brujas, no están puestas solo para deleite de los turistas. Todo esto atravesado por el canal Dijver, lleno de embarcaciones repletas de turistas disfrutando de una vista diferente de la ciudad.

13:00. Después de estar toda la mañana paseando, empezamos a notar sus consecuencias: estamos muertos de sed y de hambre. Decidimos probar primero las famosas cervezas belgas por lo que elegimos una cervecería donde probamos las siguientes: Jupiler (suavecita), Leffe (suave pero se sube), Vieux Temps (chispeante). Aquí no dan nada de comer, nos morimos de hambre y de repente Javi saca de su mochila, tachaaaaaaan! una bolsa de almendras Hacendado, se oye música celestial, la gente aplaude y ríe (efectos de beber cerveza con el estómago vacío), los efectos del alcohol hacen estragos y se acuñan nuevos términos como “trio marranero” (para más detalles preguntar a Rafi). Ahora nos vamos a por las fries, patatas fritas con distintas salsas, muy típico de allí es comérselas en la calle, lo cual nosotros hicimos cual turista que se precie.

Continuamos con nuestra visita a la ciudad y nos dirigimos hacia un lugar donde ver los famosos molinos, por el camino visitamos la iglesia de la Santísima Sangre, donde la Infanta Belén y la que escribe tocaron la que se supone reliquia de la Sangre de Cristo. Al llegar a los molinos empieza a llover, lo que nos obliga a sacrificarnos y entrar en un local llamado De Verloren Hoek, donde tuvimos que degustar una de las delicias belgas: gofre con chocolate caliente. Deja de llover, intentamos seguir con nuestra visita pero el tiempo no nos lo permite y vuelve a llover por lo que nos refugiamos en un gigantesco pub irlandés de dos plantas, digno de cualquiera de los pubs de la zona del Temple Bar, donde volvemos a degustar más cerveza y donde los recuerdos del viaje del verano anterior inundan la conversación.

Vuelve a dejar de llover y ahora si podemos visitar más de los hermosos rincones de la ciudad, volvemos a contemplar los escaparates de las numerosas tiendas de todo tipo, sobre todo de chocolates y de objetos para el goce carnal, aunque estas últimas con más encanto y glamour que las que se ven en España, lo que hace que estén al lado de las tiendas de decoración o de artículos para niños. En uno de esos escaparates encontramos una prenda que todas las féminas del grupo deseamos que nos regalaran, unas bonitas bragas tipo tanga en las que el cordelillo era sustituido por un hilo de perlas, de lo más elegante y cómodo para una ocasión especial, ¡claro!



Volvimos a Bruselas en el tren de las 9:35 y al llegar no encontramos muchos sitios para cenar a esas horas por lo que entramos en un local llamado Aux Gaufres de Bruxelles (http://www.belgiumwaffle.com/home.en.html), un restaurante difícil de catalogar, donde cenamos bien con música ambiente a ritmo de chumba, chumba, chumba…. Regresamos al hotel alrededor de la 1:00 de la fría madrugada de Bruselas.

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