La excursión resulta bastante técnica, con poco senderismo y bastante campoatravesismo. La subida resulta menos dura de lo esperada (salvo el trecho final, bastante empinado) y en hora y media estamos en lo alto de los acantilados de Dover, digo de las Peñas Blancas que con sus 629 metros es la máxima altura del municipio de Cartagena y desde donde se tienen unas vistas estupendas (hasta Sierra Nevada o la Sierra de Baza, tenemos dudas de qué es lo que se veia).
La bajada es harina de otro costal, primero para localizarla y posteriormente una vez localizada para llevarla a cabo. Sin sendero y bastante empinada tenemos que utilizar todos nuestros conocimientos (lo que se traduce en aplicar en buena parte de la misma el "arrastraculos" o técnica del gusano de seda) para llegar con sólo cuatro arañazos a la senda que nos conducirá a la rambla (y de allí a los coches). Al lllegar a la senda, se produce un momento crítico pero emotivo de la excursión, dos muchachotes (cuyos nombres se omitirán por respeto a su intimidad) deciden seguir ellos solos una ruta alternativa (sin pensar en que el resto del grupo los pueda necesitar) para llegar a la rambla, momento de cuyas consecuencias hay testimonio gráfico en la sección de fotos privadas de la excursión.
Después de esto, ¿qué más se puede contar? ¿Que más de uno sufrió vértigo en la senda final? ¿Que hubo que extraer espinas con métodos rudimentarios? ¿Que fuimos paseando por la rambla, en vez de nadando, como era nuestra idea inicial? Todo esto palidece al lado de la gran revelación de la excursión. Sí, amigos míos, el amor no conoce fronteras y es todo lo que necesitas.
Los datos técnicos de la excursión son los siguientes:
Distancia recorrida: 8,475 Km
Velocidad media: 2,3 Km/h
Desnivel acumulado: 522 metros
kCalorías consumidas: 381
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