La jornada se inició con una subida al castillo de La Azohía para ir abriendo el apetito antes de la sabrosa barbacoa que degustamos en la casa que Susana tiene en la citada playa. Dicha barbacoa estuvo precedida de una rajocata magistralmente conducida por nuestra Reina, en la que se degustaron caldos tintos y blancos de la Región, maridados con queso y sin maridar (lo que técnicamente se llama "beber a palo seco") y en la que el marqués de Nonduermas demostró su maestría en la apertura de botellas, perdón descorchamiento de botellas. Concluida la lección, dos alumnos elegidos por fortuito azar demostraron en una cata a ciegas los conocimientos adquiridos, distinguiendo a la perfección la uva Chardonnay del refresco de limón y la uva Syrah del tinto de verano.
Durante la comida se dieron tantas y tan emocionantes noticias sobre arrejuntamientos varios (en diverso grado de formalidad y pecaminosidad...) que este cronista se ve incapaz de transmitirlas sin inmiscuirse en la privacidad de las parejas implicadas. Baste decir que la mitad de los asistentes a la comida no nos pudimos levantar de las sillas de anea por la sorpresa y a la otra mitad le pasó lo mismo con las sillas de enea.
Para finalizar la jornada (y antes de que algunos valientes se dieran un baño), se realizó la entrega de regalos, en la que los homenajeados dejaron claro que están más cerca de los personajes de Barrio Sésamo (Coco, Súpercoco y Epi, respectivamente) que de ser fieros piratas piñateros. Conste en su defensa que el barco pirata piñatero estaba realizado de un material que, de haberse empleado en los astilleros de Liverpool a principios del pasado siglo, hubiera evitado el hundimiento del Titanic.
Tricumple de primavera (fotos de Víctor) - Público |