martes, 17 de noviembre de 2009

Subida a la Guillimona

A eso de las 8:30 (o un poquito más tarde...) nos juntamos un grupo compuesto por Víctor, su GPS, Raúl, Javi, Mati, Pepe, Victoria, Mari Carmen, Manolo y el que esta crónica redacta (también conocido como Pedro) para dirigirnos a los Collados de La Sagra, donde empieza nuestra excursión, de unos 9 Km en total. Para llegar allí pasamos La Puebla de Don Fadrique y por Entredicho, un pueblo del que no hay que poner nada en duda.

La excursión propiamente dicha empieza a las 10:30 con una ligera subida que sirve para calentar motores y que nos lleva a un bello valle otoñal, con sus bancales ocres, sus riscos y sus árboles solitarios.

Una vez pasado el valle, comienza la escalada propiamente dicha, en la que nos separamos en dos grupos, uno de exploración de la ruta óptima, que avanza a buen ritmo, y otro de retaguardia que se encarga del reportaje fotográfico. Esto de la división de funciones es un gran invento.

Buena parte de la escalada la hacemos bordeando una puñetera valla afianzada con cables oxidados por lo que hay que andar con cuidado. El viento en la cuerda de la montaña nos recuerda que ya hemos superado la cota máxima de arbolado y que nos quedan pocos metros para añadir otro "dos mil" a nuestra colección (por cierto, ¿cuatro "dos miles" cuentan como un "ocho mil"?).

Hacemos cumbre a eso de las 13:30 y, tras un mísero puñado de pistachos más las fotos de rigor, emprendemos el descenso para buscar un sitio protegido del viento para comer. Tras la comida y sortear unas cuantas vacas salvajes (bueno, al menos estaban sueltas), llegamos a Los Collados de La Sagra a las 16:30, donde tomamos un refresco (y en otra ocasión deberíamos quedarnos a comer) antes de volver a casa.

La Guillimona (fotos de Pedro)
La Guillimona - Noviembre 2009 - Público